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Neuroeducación y emoción

  • Cumplido Molina, Saray
  • 3 abr 2017
  • 3 Min. de lectura

ABSTRACT

And now there will appear an article of the newspaper El País, that explain the important role of emotion in the process of the education, so much related to the children who want to learn, since with the teachers that try to teach. In addition, one will see a reference that does the neuroscience that demonstrates the process of the brain when it internalizes new knowledge and the importance of the emotion in this one.

Como bien se justifica en el artículo del periódico El País, elaborado en 2013, la neuroeducación es un nuevo enfoque de la enseñanza fundamentada en el cerebro. Esta consiste en aprovechar lo que ya conocemos sobre el funcionamiento del cerebro (apoyados en la psicología, medicina y sociología), para mejorar los procesos de la memoria y el aprendizaje de los estudiantes y la enseñanza de los profesores.

Dentro de la neuroeducación tiene lugar las emociones, que es muy importante para aquel que quiere aprender y aquel que quiere enseñar. En otras palabras, no existe un proceso de aprendizaje válido si no se tienen en cuenta las emociones de los integrantes de dicho proceso. La idea de tener en cuenta las emociones viene siendo estudiada desde la neurociencia, que defiende que “toda información sensorial, antes de ser procesada por la corteza cerebral en sus áreas de asociación […], pasa por el sistema límbico o cerebro emocional, en donde adquiere un tinte, un colorido emocional”.

Cabe destacar que los seres humanos no solo somos racionales, sino también emocionales y sociales. Por eso, se conduce a la idea de que un enfoque emocional es imprescindible para memorizar, aprender y enseñar. Así se puede observar la alegría de los niños cuando aprenden cosas que les gustan, por lo que la emoción es un factor clave en la educación.

Sin embargo, aprender no es lo mismo para un niño de tres años que para un adolescente y, por tanto, los matices de la emoción no son los mismos. Además, la curiosidad y la atención vienen ligadas a la emoción, y esto tiene que revivir desde dentro del que aprende. Con respecto a la curiosidad, “hay circuitos neuronales diferentes para curiosidades diferentes” y no es lo mismo la curiosidad perceptual (aquella que surge usualmente cuando se ve algo nuevo) que la curiosidad epistémica (aquella que conlleva a la búsqueda del conocimiento). Por otro lado, la atención tiene atenciones cerebrales múltiples que van desde la atención básica (aquella que todos tenemos cuando estamos despiertos) atención de alerta (aquella que surge cuando estamos en peligro), atención orientativa (como buscar una cara entre una gran variedad de ellas), la atención ejecutiva (aquella relacionada con el estudio), la atención virtual (relacionada con los procesos creativos) y la atención digital (la que se usa en Internet). Con esto, debemos señalar que estos procesos dependen de la edad del niño. El tiempo de atención de un niño no es el mismo que el de un adulto.

Por ello, la neuroeducación abarca todo lo relacionado con la enseñanza, desde niños a adultos, pasando así también por los profesores y maestros, para que sean más eficientes a la hora de enseñar.

Cuando mandamos a los niños al colegio tenemos la idea de que van a conseguir aprender algo nuevo cada día. Sin embargo, no nos hacemos a la idea de cómo aprenden. Por ello, es de vital importancia que los contenidos que se pretendan enseñar a los niños estén ligados a situaciones de la vida cotidiana, o a los gustos que estos tengan, para poder así lograr que tengan toda su atención focalizada a dicho aprendizaje.

Pero esto no solo ocurre con los más pequeños. Como ya se vio en el artículo, todos los seres humanos aprendemos a través de las emociones, por lo que, independientemente la edad que se tenga, el aprendizaje debe ser un proceso interactivo y colaborativo.

Por último, no solo los que quieran aprender tienen que seguir este proceso. Los educadores también deben tener alguna motivación, algo que les permita enseñar de la manera más eficiente posible, y buscar métodos para que el conocimiento que pretenda transmitir esté ligado a las emociones, y en consecuencia, a la atención y la curiosidad.

CITA: Arroyo, C. (2013). La neuroeducación demuestra que emoción y conocimiento van juntos. Abril 01, 2017, de El País Sitio web: http://blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2013/12/la-neuroeducacion-demuestra-que-emocion-y-conocimiento-van-juntos.html

 
 
 

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